La historia del gin tonic

A estas alturas de la historia nadie va a negar que el gin tonic está de moda, pero los que nos conocéis sabéis bien que nosotros siempre hemos apostado por esta bebida. Desde hace años os los hemos servido, os los hemos recomendado y hemos escuchado vuestras sugerencias para poder tener las mejores y más variadas marcas. A día de hoy, cada mes os traemos un gin tonic premium en promoción para seguir sorprendiéndoos -si aún es posible-. Podéis ver nuestra última propuesta en este post pero hoy venimos a hablarlos de la historia del gin tonic, ¿desde cuándo lleva en nuestras vidas este combinado?

La historia del gin tonic

Te sorprenderá saber que el nacimiento de esta bebida tiene algo que ver con los remedios médicos. Pero para conocer mejor la historia del gin tonic tenemos que hacer un viaje por Holanda, por Suiza y por India. Vamos por partes:

El origen de la ginebra

En francés, geniévre significa enebro; principal fruto con el que se destila la ginebra. El origen de esta bebida alcohólica se debe a un médico alemán afincado en Holanda en el siglo XVII: Franciscus Sylvius. Esta combinación de maíz, trigo y bayas de enebro, concebida en un principio como medicina, ganó popularidad con el paso de los años y llegaría a Reino Unido tras la Guerra de los 30 Años.

El origen de la tónica

Por su parte, la historia de la tónica está ligada a la presencia de la corteza del árbol andino del cinchona, elemento que comenzará a usarse en el siglo XVII en Perú para sanar la malaria. Muchos años después, científicos franceses lograrían extraer el componente que todos conocemos ahora, la quinina, para sanar la malaria a los soldados que se enviaban a las colonias indias. Más tarde, Johan Jacob Schweppe daría lugar en Ginebra a la combinación de quinina con agua burbujeante, esto es, la tónica. Como veremos.

La historia del gin tonic

Si la ginebra y la tónica, cada una por separada, fueron idea de Europa; el origen del gin tonic, ese gran combinado, hay que buscarlo en India. Cuenta la historia que los soldados británicos no soportaban el sabor de las pastillas de quinina para tratar la malaria, por lo que comenzaron a combinarlas con agua. El resultado resultaba amargo así que los soldados optaron por mezclar las pastillas con ginebra, limón y azúcar. Et voilà! Ya tenemos entre nosotros al gin tonic.

Deja un comentario